Imagen del Valkyrie Profile (PS2 Game).

¿Cuántos héroes se levantan con falsas victorias?, triunfos ilusorios que les otorgan la corona de un Reino, siendo la soberbia y la arrogancia quienes dirigen sus acciones.

Ouros es el ejemplo perfecto de un falso héroe, una estatua de granito más frágil que el cristal. En su pasado dirigió las fuerzas de la joven Ruber Deserta contra los otros tres Reinos, resistiendo el embate y las conquistas una y otra vez; pero fue el final de la Guerra por La Gloria lo que marcaría su destino para siempre, pues los otros tres Reinos firmaron la paz por el bien del naciente Reino, mientras que estos últimos se autoproclamaron vencedores de una victoria inexistente.

Ouros fue declarado Rey de todo Ruber Deserta, y su señorío fue una utopía para los nacidos dentro de La Gloria. Las murallas crecieron y las divisiones se forjaron, y al cabo de unas cuantas décadas Ruber Deserta ya se encontraba a la altura de los otros Reinos.

Pero pocos entendían cómo funcionaba la realidad de la corona: Ouros era la imagen en el trono, pero eran el General y el Consejo quienes dirigían la reconstrucción, defensa y vida en La Gloria. El Rey vivía en su palacio con un porte de orgullo y disciplina, saludando y recibiendo a sus súbditos enalteciendo su falsa imagen de héroe.

Por fuera, Ouros era la imagen de la victoria; pero por dentro era un cobarde. El Rey, para tiempos del Despertar del Miedo, se ha visto en la obligación de responder por su falsa imagen; el recibimiento de los Reflejos y la reestructuración de La Gloria han destruido su salud, y derribado aquella torre de marcialidad que con tanto esfuerzo había erigido.

Su hijo es el único que conoce al verdadero Rey, al cobarde, al falso héroe, a la mentira detrás de la corona; y fue la expedición a las Ruinas lo que terminó por romper el cristal.

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